Gracias al curso de iniciación al kitesurf que tomamos en Essaouira (Marruecos) en Diciembre, podía sentir en cada entreno y en cada técnica de kitesurf, paralelismos a aplicar en la vida.
¡Aquí van mis lecciones de vida del kite!
Saber dejar ir «el timón», en lugar de aferrarte a él y guardarlo para tí cuando el momento te pide que lo sueltes (con un voto de confianza). Al soltar la necesidad de controlar (en el fondo, el origen de la necesidad de controlar es el miedo), ¡dejas entrar la pura diversión, la vida, el viento!
Saber esperar sin impaciencia, aceptando las necesidades del Universo, el tiempo que necesita la naturaleza (y el ser humano): Cuando sea que llegue el viento, llegará. Saber esperar mientras se observa antentamente, saber escuchar la naturaleza, el viento, para cuando llegue, ¡cogerlo e ir con él!. Durante la espera, puedes apreciar tantas cosas… ¡Deja que tus sentidos se abran!
Ser uno con el viento. En lugar de luchar contra él, contra cómo te gustaria que fuera, ves con él. Esto es aplicable a todo en la vida: En lugar de luchar contra una situación que no te gusta, acepta como es, entra en ella y ves con ella. Y nadando/bailando /navegando junto con ello, todo es naturalmente más fácil, dejando ser.
No es cuestión de fuerza, ni de agresividad, ni de músculos, sino ¡de técnica!. De llevar el kite con relajación , con suavidad, con flexibilidad, y precisión. Pero sobretodo, no fuerza / mentalidad de cabezota. ¡A cuantas cosas se puede aplicar esto en la vida!
El miedo no sirve para nada útil. Tíralo a la basura. Si quieres probar algo nuevo, adelante. No esperes a no sentir miedo. Aunque tengas miedo, hágalo igual. Porque el miedo es lo que más nos limita y nos bloquea las puertas a la diversión, a la libertad, a la felicidad pura, a la alegría sentida por todas las células de tu cuerpo… Aprende a hacer a pesar del miedo, a darte un voto de confianza, a AMAR y ACEPTAR en su lugar. Ojo que esto no quiere decir ser gilipollas y no tomar las medidas de seguridad necesarias en cada deporte de alto riesgo. Disfruta de tu deporte (y de tu vida), seguro. La seguridad física primero. Es de la mental de la que hablo.
El mayor límite es nuestra mente y lo que te dices a tí mismo. No te fíes de lo que te dice tu mente a no ser que sean frases de coraje. La mayor parte de las frases que te dice la mente cuando pruebas algo fuera de tu zona de comfort son originadas por miedo «Yo no puedo», «Yo no podré», «Esto no es para mí», «Esto es demasiado difícil». ¡Sigue adelante y te sorprenderás! Tal vez lo que temes es lo que más te va a divertir. Reconecta con ese espíritu infantil lleno de inocencia y ganas de disfrutar la vida con todas tus células. Antes de tomar el curso de kitesurf, le tenía un miedo que no veas. Me decia «esto se ve super chulo, pero esto no es para mí y ni de coña voy a saber hacerlo». ¿Quién soy yo para auto-limitarme tanto? ¿Cómo sabes que no puedes hacerlo si no siquiera te abres a la oportunidad de probar? Así que probé, asumiendo que no me iba a gustar y que lo iba a pasar fatal… Y en su lugar, me lo acabé pasando como una niña, disfrutando, aprendiendo, y viendo que no hay que hacer caso a los limites que nos autoimponemos, sino abrirte las puertas a la oportunidad y a la posibilidad.
No asumas. Prueba, experimenta, y escucha / observa mientras experimentas, sin juzgar, cual es en realidad tu verdad. Tal vez lo que te decías a ti mismo que no era para tí, sí es para tí, o viceversa. Todo esta bien. ¡Permítete!
En lugar de limitarte, busca soluciones creativas. Tus puntos flojos o desabilidades no son excusas. Simplemente tienes que conocer tu cuerpo bien para saber cómo proteger tus puntos flojos. Por ejemplo, yo tengo una enfermedad de la circulación muy rara que se manifiesta con la humedad y el frío (aka: En el mar, haciendo kite o surfeando, con el agua fría y el aire húmedo). En lugar de auto-limitarme a hacer kite en las condiciones donde mi enfermedad se manifiesta, busca soluciones sobre cómo cuidarla mientras disfrutas. En mi caso, con un par de calcetines de neopreno (sí, un par, para tener dos capas de protección), y un neopreno mucho más gordo que lo que se necesita para la meteo para asegurar que hay calor en el cuerpo, me permite disminuir los sintomas y disfrutar a tope del deporte. Tienes que saber qué es lo que tú necesitas, y dartelo. Da igual lo que (no) necesite el vecino. Cuida tu salud básica. Cada cuerpo es diferente.
Deja la mente de adulto que juzga de lado, y abre la puerta al espíritu infantil: Que se levanta despues de caer, con una risa a carcajadas de lo divertido que es aprender en lugar de decirse a sí mismo «que tonto por caerme»; que se ríe de diversión; con una mente curiosa y abierta, sin juicio, dispuesto a caerse cuanto sea necesario, disfrutando el camino, sintiendote en el presente.
Naciste para disfrutar, para VIVIR, en mayúsculas. La distancia entre un sueño y realidad, es un paso hacia adelante.