De Bali me esperaba una mini isla, con playas de arena blanca y aguas turquesas, y algunos templos repartidos por las montañas.
Ha resultado ser una isla mucho más grande (y con muchos más secretos) de lo que esperaba. Aunque las guías dicen que en un día te recorres la isla, no es una afirmación aplicable a toda la isla: con el coche de alquiler recorrimos la isla por dentro y te puedes pasar horas y días conduciendo por sus curvas entre volcanes y arrozales.

En cuanto a las playas de ensueño, despues de haber estado en Palawan (Filipinas), sus playas no nos han parecido taaaan idílicas. Bonitas, sí, pero la arena no es blanca como venden sino dorada, a veces sucia, y sus aguas no son cristalinas sino más bien azul intenso como las de la Costa Brava.
En cuanto a sus templos, nos han encantado. Los hay a montones, era imposible imaginarse cuántos antes de venir, ¡y con figuras muy graciosas! Desde diablos sexys a dioses en bici con una flor en la oreja. Los hay en acantilados, en lagos, en volcanes, en plena ciudad y hasta dentro de las casas. Y todos son preciosos. Los visten con telas de colores para las celebraciones que no son pocas. La religión está muy presente en cada gesto. Por toda Bali se respira a incienso ofrecido a algun Dios o espíritu (la religion balinesa mezcla el animismo con un hinduismo que dista del de la India en la práctica) y se topa con ofrendas diarias que consisten en pequeños cestos de paja con hojas de plátano, arroz, flores naranjas, rosas y blancas, y como no, incienso de cara al Dios o espíritu.


Nos hemos encontrado con rituales allá donde fuéramos de la isla: hemos presenciado desde un entierro, a una boda balinesa, a las preparaciones del nuevo año balinés, a veneraciones diarias con cantos,…


Devoción, respeto y sonrisa es lo que les caracteriza. Sagrado pero compartido lo que pienso de su religión: Hasta nos invitaron a un té y café balinés en un templo «normal» perdido que nos llamó la atención y resultó ser de los que más nos gustó. Casi no hablaban inglés pero fue un momento bonito 🙂

Este es un injusto resumen de todo lo que esconde Bali: os recomedamos muchísimo venir a conocer su cultura, recorrerse su isla en moto o coche de alquiler (aunque conducen como locos), entrar en sus templos cotidianos mezclándose con ellos, y a surfear en el sur donde sus olas son conocidas por ser de las mejores del mundo (y bien merecido, ¡son espectaculares!).

Las fotos hablan por sí solas 🙂








Y muchas más…