Nota: este post es completamente subjetivo basado en mi experiencia y con mi bagaje. Cada mujer puede tener experiencias y sensaciones diferentes y todas ellas serán válidas. Lo que yo relato aquí no es una verdad universal.
Bangladesh es un país que, como mujer, no elegiría jamás vivir aqui (basada en la complicada situación política y social del país en 2013).
No puedes vestir de manera libre fuera de las fronteras de tu casa. Todas las prendas que lleves no deben marcar en absoluto las formas de tu cuerpo. No se trata de ir con un pantalón ancho y una camiseta de manga corta sin escote alguno, eso marca tu culo y por la camiseta se puede ver el tamaño de tus pechos. Debes llevar camisas largas o vestidos anchos (o burkas o saris como llevan al final todas las mujeres bengladíes sin excepción) que no marquen ni tus piernas ni tu torso ni tu trasero. Para no dejar ver el tamaño de los pechos, debes ponerte un chal encima de ellos que los cubra. Y con toda esa vestimenta… Aguanta el calor… Cuando se dé el caso que te dejan salir a la calle… Parece una tontería pero a mí ya solo el chal que cubría mis pechos me daba una calor de muerte. Ni me imagino el calor que debe sentir la mujer que lleva un burka negro de arriba a abajo en el que sólo una ranura muy fina dejaba ver sus ojos y por ello escogió ponerse, por si el burka no fuese suficiente, una tela negra sobre la cabeza de manera que le tapaba por completo la cara y no se le podían ver ni los ojos. Básicamente es como ver una sabana negra que camina… Sin espacios de luz ni de aire en ella…
¿Eso es disfrutar del hecho de haber venido a la vida, y vivirla en plenitud? Algunas es por decisión propia, otras por costumbre, otras por sumisión, otras porque no queda otra dada la sociedad… Sea lo que sea, no es la vida ni el país que elegiría: para mí el tacto del viento en el cabello es una muestra de la grandeza de la vida. Y aqui no me dejan sentirlo.
Pero para mí no es cuestión de ponerse o no un velo por el cuerpo o de taparse los pechos, es cuestión de todo lo que hay detrás de eso y ello es sólo una muestra muy superficial. Es que no se puede ser libre, es que una mujer aquí no tiene autonomía ni le dan las vías para que pueda desarrollarse, es que yo aquí no puedo sentirme libre ni las demás mujeres tampoco porque siempre van a estar condicionadas por los deseos, que posicionan prioritarios, del hombre.
La mayoria están destinadas a estar en casa y no salir de ella «por lo que te pueden hacer», a ser esclava desde los 12 a?os, a ser casada con quien le escoja la familia guste o no y convertirte en «propiedad» de la familia del marido, aguantando en algunos casos humillaciones de las mujeres de la otra familia o de tu propio marido. O a la inversa: en algunas aldeas en la que el poder es matriarcal, el hombre aprovecha casándose con una mujer y luego con su hija para quedarse con todas las mujeres de la familia. Follando con todas las mujeres de «su pertenencia» (porque eso no es amor sino interés egoísta en su esencia) y de ahi que nazcan y crezcan tantas personas con malformaciones en este país (según una guía el 10% de la población padece de malformaciones). ¿Es eso un hogar?
Sinceramente, me alegro mucho de las mujeres bengalíes que son ya tambien madres que emigraron a España y las tuve como alumnas en la ONG en la que era voluntaria en Barcelona que se han arriesgado para poder sentir eso llamado libertad y pueden ir de su casa a la escuela, pueden comprar en el mercado con libertad (aun me acuerdo de las clases en las que lo que más necesitaban era aprender las bases del idioma para poder desarrollarse por ellas mismas en el mercado) y pueden reirse juntas con las amigas del barrio con las que pueden quedar en su tiempo libre. Felicidades a todas esas mujeres que han traspasado fronteras en este tipo de situaciones buscando el derecho de ser humana, no mujer, no hombre, sino persona digna, y libre.
Pd: a las mujeres en Bangladesh también se les tiene vetado socialmente ir a los bares, ir en bus (solo vimos 1 mujer valiente en un bus de 10 buses que pasaron), y cosas sencillas como comprar un tiqué de tren en las estaciones de trenes (tarea que por alguna tonta razón solo pueden hacer los hombres… Si no quedan hombres en tu familia apañatelas!! Yo me senti totalmente excluída y observada en esas filas de hombres comprando tiqués).
Uf nena, què dur el post… però què important ser una mica més conscients del que passa a alguns racons d’aquest planeta en ple segle XXI 🙁
Doncs si. Lo trist es la de coses que passen que no ens arriven!