El archipiélago de San Blas es un conjunto de 400 islas repartidas a lo largo del mar del Caribe a unos kilometros de la península de Panamá. Oficialmente es la Comarca de Kuna Yala, habitada por la tribu de los Kuna, quienes gobiernan sus islas y quienes deciden qué se puede hacer y qué no en ellas. Ellos afirman que hay 365 islas, «una para cada dia del año», aunque en la realidad se cuentan 400.
Los kuna prohiben el buceo en la zona, pero el snorkel sí es permitido (y aunque comparado a regiones que nos dejaron el listón demasiado alto como Palawan en Filipinas, el nivel de lo que se ve en snorkel merece la pena y se ven bastantes cosas, desde corales a erizos, estrellas de mar y diferentes tipos de peces).
Sus islas son verdaderamente paradisíacas: compuestas de arena blanca y fina de coral, aguas cristalinas, palmeras llenas de cocos, diferentes tonalidades de azul que se vislumbran en el agua desde la orilla, y islas diminutas perdidas en el enorme mar en las que dar la vuelta a la isla te tomara menos de 1 minuto. Entre islas hay también piscinas naturales, en las que el agua cristalina no llega a cubrirte y puedes bañarte en medio de la nada contemplando en la distancia las diferentes islas 🙂
Solo unas muy pocas de las 400, son habitadas. En unas pocas es un hotel quien es el dueño de la isla y no suele haber nada más en la isla que el hotel. Los hoteles kuna son cabañas de paja y bambú muy básicas, algunas con electricidad gracias a un generador, otras sin, y normalmente cabañas individuales.
Nosotros nos decidimos por dormir en Isla Aguja, que también recibe el nombre de Icodub. Para llegar a ella, tomamos una avioneta con Air Panama de 8 pasajeros desde Panama City hasta la isla de el Porvenir (algunas islas tienen aeropuertos para avionetas, lo que se traduce en una carretera de aterrizaje que va de lado a lado de la isla. Para reservar visitar la web de Air Panama) y de allí, una lancha hasta nuestra isla. Para volver, optamos la opción lancha + 4×4 por tierra hasta Panamá City.
Para llegar, primero debes reservar el alojamiento (camping o cabaña) y una vez tienes el alojamiento, sabrás el nombre de tu isla. A ellas se puede llegar bien por tierra, en un trayecto de curvas de 2 horas en 4×4 que debe ser un local quien lo conduzca (te lo gestiona el hotel) desde Panama City hasta el puerto de El Carti, y una vez allá, una lancha (ellos lo llaman «bote»), también acordado por el hotel, que te recoge y deja en tu isla; bien por aire + lancha privada del hotel desde el aeropuerto más cercano donde te haya dejado Air Panama a la isla de tu hotel. Si decides ir en avión, la reserva del vuelo debes gestionarla tú mismo. Ojo: hay que reservar con antelación porque hay muy pocas plazas.
La opción mas cara es en avioneta. Solo Air Panama opera y los vuelos salen casi cada día a las 6 de la mañana desde el aeropuerto nacional. No todos los días hay vuelos y como es en avioneta con capacidad sólo para 8 pasajeros se llenan rápido. Deberás preguntar al hotel que «aeropuerto» es el mas cercano a su isla y una vez en esa isla-aeropuerto, un bote del hotel te vendrá a buscar.
Todo, absolutamente todo, es llevado por kunas.
Os recomendamos Isla Aguja si lo que buscáis es relax, playa de arena blanca, aguas cristalinas, y también una zona donde esconderte en una hamaca tranquilo entre las palmeras. Para nosotros, fue ideal. Solo habían 7 cabañas de las cuales solo 3 ocupadas 🙂 hay que ir entre semana si se quiere disfrutar del paraíso en su esencia, ya que por lo que me han dicho, el fin de semana la mini isla se llena a reventar de visitantes y hasta hay que hacer cola para ir al baño (!!! en una isla desierta !!!), lo que debe cambiar por completo la experiencia en este lugar.
Desde la isla donde nos alojamos, salimos con una pequeña lancha a dar una vuelta por el archipielago y conocer otras islas, pasando por Isla Perro (mi favorita, no tiene alojamiento pero la isla es bien linda para descansar un rato y con buen snorkel), isla esmeralda e isla pelicano, todas ellas inhabitadas y que te recorres en menos de 1 minuto a pie su totalidad.
¿Lo malo de la comarca Kuna Yala? El acceso a estas islas es caro, la tribu de los kuna dominan al completo el mercado lo que hace que los precios de las cabañas para dormir sean desorbitados (recordando que no tienen agua caliente, a veces ni electricidad y las cabañas son muy simples), pero se puede acampar, al menos en Isla Aguja, a buen precio (de 30 a 40 dólares la tienda) y para pisar cada isla-cacho de arena, ya sea por 5 minutos o por todo el día, te cobran una tarifa de entrada de 2 dólares (precio marzo 2014) por persona por isla. Pero el paraje bien merece la pena de ser descubierto por unos días 🙂
PD: Si vais, no os olvidéis una buena carga de libros y protector solar 🙂
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